Ya estábamos un poco cansadas de pasta y pizza con todos sus avíos, de repente volviendo al apartamento vimos un cartel que nos ilumino la cara.
Un sitio muy bonito, todo de madera clara y las sillas cada una diferente, una mezcla ( vintage creo que se llama), utilizando materiales reciclados y reciclables. Todo muy eco, jaja!!
Podíamos elegir entre una amplia variedad de verduras y arroces, no había nada de carne y pescado, sólo vegetarianos.
En cada plato tu elegías tres alimentos de lo que había preparado más una bebida, todo por 10€. De beber elegimos una cerveza también ecológica y de la tierra, muy buena.
Arroces con verduras, verduras salteadas, coles, remolacha,...
Y de postre helados veganos (elaborados sin productos animales como leche de vaca u otros), buenísimos de fresa, chocolate, almendras y nueces, con sabor de verdad.
Los dueños también encantadores, ya que vas al extranjero te gusta que te traten bien. Ya sabéis RADICETONDA, en Milán , no os lo perdáis.
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